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Organizando el trabajo del año

Publicado el 31/03/21

Sostener un nivel de publicación semanal es más fácil durante el verano, cuando la vida tiene otro ritmo (aunque este año no hayamos cortado por vacaciones), que en plena vorágine del año laboral. Por eso esta semana me encontré pensando cómo mantener este ritmo.

Hace 15 días arrancaron las clases en primarias y secundarias. La semana que viene arrancan las clases en la facultad donde trabajo y los requerimientos en el estudio fueron creciendo en estos días. El año arrancó con todo, tratando de recuperar lo perdido mientras estuvimos en suspenso y a pesar de los cuidados que hay que seguir teniendo por temas pandémicos.

Este es el momento del año en el que llenos de energía por el nuevo comienzo, nos comprometemos con proyectos que nos hacen llegar sin aliento a la mitad del año, para volver a hacer lo mismo en agosto. Por eso es importante respirar hondo y poner la agenda semana en perspectiva antes de decir que sí. Y no tener miedo de decir que no. Si queremos cumplir, avanzar, crecer, cada sí que digamos son muchos NO dichos, para que los propósitos no queden a mitad de resolución.

Soy de las que suma y de las que no sabe rechazar un proyecto interesante o una nueva propuesta. Y me encanta empezar cosas nuevas e investigar para ir concretándolas. Y me agobio cuando se me apilan cosas empezadas. Después de haber llegado a mitad de año sin resto físico y mental varias veces, aprendí algunos tips que trato de cumplir para tener un año más amable. 

1- Tener una agenda semanal, con los compromisos de toda la familia, visible para todos, en la heladera o en otro lugar que tenga el mismo tránsito. Físico, en papel, además de las notificaciones de la agenda de Google, con colores diferentes por integrante de la casa. Y un espacio horario (en algún momento del finde) para armarlo en conjunto y dejar en claro las incidencias particulares de esa semana: algún evento distinto, exámenes, citas médicas. 

2- Agendar en el calendario de Google, o el calendario electrónico en uso, días y horarios más link del aula, si las clases son virtuales. Y notificaciones activadas. Que salte en la pantalla que estás tarde.

3- Armar un cronograma general de clases y actividades del semestre, para ir completando y detallando sobre la marcha, si somos responsables del dictado de clases. Si tomamos las clases, pedir durante la primer semana bibliografía básica, temario y cronograma general, para poder organizar lecturas y estudio.

4- Dejar un día libre, para compromisos no académicos. Dejar un bloque libre (una mañana o una tarde de alguno de los días) para pensar, planificar o limpiar la cabeza.

5- Aprovechar alguna de las muchas herramientas disponibles para gestión de tareas y equipos, para planificar y hacer asignación y seguimiento del trabajo diario. Lleva un tiempo la configuración inicial y un ejercicio volcar lo que vaya surgiendo ahí, pero después funcionan solas y van a permitir liberar la cabeza de los pendientes y de la programación de los mismos.

6-  Ordenar el material relacionado con clases y trabajo de la forma que sea más eficiente para nosotros. No todos estructuramos los pensamientos ni aprendemos de la misma forma. Tenemos que conocer cuál es la mejor forma para nosotros y hacer trabajar ese conocimiento en nuestro favor. Tenemos que ser conscientes también que la mayor parte de los datos que usamos están guardados en archivos digitales, inaccesibles de cualquier otra forma que no sea a través de buscadores de los programas informáticos. No hay memoria corporal de dónde dejamos ese caso tan interesante para compartir en la clase que empieza en 5 minutos ni ese informe que el cliente espera ansioso hace tres horas. No es tiempo malgastado el que se invierte en pensar cuál es la mejor manera de organizar las carpetas dentro de la compu o el almacenamiento en línea y la mejor forma de nombrar a los archivos para encontrarlos rápido. 

7- Respirar, pensar que vamos a tener momentos de corridas, que nos vamos a sentir abrumados y asumir que no está mal suspender algún compromiso a veces, porque pasan cosas. Y tener un margen, en la cabeza, para aceptar las reprogramaciones y los cambios de planes. 

No todo es tan perfecto y no siempre se cumple, pero seguimos en camino. ¿Qué estrategias aplican para planificar el inicio formal del año laboral? ¿Les interesa conocer alguna en mayor profundidad?